Un día, Tideo, uno de los protegidos de Atenea, yacía gravemente herido en un combate. La diosa, al verlo así, imploró a Zeus en su favor y, obteniendo una respuesta favorable de éste, recibió, para darle, un remedio que lo curaría, lo salvaría y lo haría inmortal. Descendió, pues, con este cometido, al campo de batalla, sitio en el que encontró a Tideo cobrando venganza. Tenía entre sus manos la cabeza de su enemigo, a la que, luego de romper sus huesos, estaba comiendo sus sesos. Este espectáculo causó horror en la diosa, quien desistió de ayudarlo.
Lejos de interesarse desde las alturas por las contiendas de los hombres, Atenea, armada de pies a cabeza, descendía y combatía en las filas. Tomó, así, parte en el combate de los dioses y de los Titanes, en el que, para celebrar la victoria de Zeus, inventó una danza guerrera y, por primera vez, hizo sonar la trompeta.
Atenea, además de diosa de las armas y de los ejércitos, quien tenía el poder de decidir la suerte de las batallas y aseguraba el triunfo, era, también, patrona de los pueblos. Vigilante que defendía las ciudadelas contra los intentos y asaltos del enemigo. Protegía los trabajos de la industria y del arte, siendo invocada por alfareros, carpinteros, marineros, agricultores…
Atenea, la divina artesana, inspiradora de todas las artes y la patrona de todos los oficios que los hombres ejercen, era, sobre todo, la diosa que presidía los trabajos delicados de los dedos de las mujeres. Ella misma tejió con su manos los velos y bordados del ropaje nupcial de Hera. Así, las mujeres griegas, tan hábiles para tejer y bordar se jactaban de haber aprendido a hilar viendo tejer a la diosa. Todas la reconocían y la honraban como artista incomparable. Un solo nombre fue la excepción y sufrió consecuencias terribles.
Creadora de la flauta, agujereando los un fragmentos de hueso de ciervo, al tocar por primera vez el instrumento creado, fue burlada por Afrodita y Hera, al ver que, para hacerlo sonar, debía inflar las mejillas. Enseñó a los hombres el cultivo del olivo y la plantación de la higuera.