Atenea, virgen de casta mirada, no se casó nunca. Su pudor virginal fue siempre bravío. Cierto día, cansada de tanta contienda, se le ocurrió bañarse en el agua de una fontana. Era mediodía. Solo con sus perros, el viejo Tiresias vagabundeaba por los alrededores de aquella fuente. Impelido por la sed, se acercó a lasSigue leyendo «Mitología clásica: Atenea y Tiresias»
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Mitología clásica: Atenea y Aracné
Según se cuenta, Aracneé sobresalía en el arte de entretejer la lana. Su renombre se debía exclusivamente a este talento, a tal punto de que las Ninfas bajaban para admirar sus trabajos. En cierta ocasión, le preguntaron si Atenea le había enseñado su maravilloso oficio, negándolo por completo e invitando a la mismísima diosa aSigue leyendo «Mitología clásica: Atenea y Aracné»
Mitología clásica: Atenea y Tideo
Un día, Tideo, uno de los protegidos de Atenea, yacía gravemente herido en un combate. La diosa, al verlo así, imploró a Zeus en su favor y, obteniendo una respuesta favorable de éste, recibió, para darle, un remedio que lo curaría, lo salvaría y lo haría inmortal. Descendió, pues, con este cometido, al campo deSigue leyendo «Mitología clásica: Atenea y Tideo»
Mitología clásica: Atenea o Minerva
Producto de la unión de Metis o la Sabiduría, las más sabia de todas las hijas de los hombres y de los dioses, y Zeus, el soberano del Olimpo. Zeus, para engendrarla, encerró a Metis en su seno y la asimiló, por lo que formó a Atenea dentro de su propio cuerpo, especialmente, en suSigue leyendo «Mitología clásica: Atenea o Minerva»
Hera o Juno
Hija primogénita de Cronos y hermana de Zeus, Hera fue la esposa del rey del Olimpo. Hera, siendo una dulce virgen, se encontró completamente sola, un crudo día de invierno, en un paraje desierto. Un cuclillo, igual que ella, tiritando de frío, se posó sobre su espalda y, movida por la compasión, Hera recogió alSigue leyendo «Hera o Juno»
Mitología clásica: Zeus y Leda
En otra ocasión, Zeus, para juntarse con Leda, descendió a la cumbre del Taigeto. La noche era avanzada y reinaba un silencio absoluto. Allí, Leda, hija del rey de Etolia, dormía profundamente. Súbitamente, unas largas alas desplegadas vertieron sobre ella el perfume de ambrosía. La joven despertó sobresaltada y vio bajo su lecho un cisneSigue leyendo «Mitología clásica: Zeus y Leda»