Este clásico de la literatura nos presenta al adolescente Holden Caulfield, quien comienza la narración poco después de haber sido expulsado – nuevamente- del instituto, y poco antes de la navidad, época en la que cambiará su vida abruptamente.
Es más bien
una novela de personaje, quedando relegadas a un segundo plano la trama y la
acción, para darle, así, mayor
protagonismo a Holden y sus pensamientos. Nos encontraremos leyendo los días
sucesivos a su expulsión, en los que decide dirigirse a Nueva York, a
escondidas de su familia.
De tal
manera, nos sumergimos en la mente del joven, que se traduce a las páginas como
un extenso soliloquio; narrando, en primera persona, las peripecias y situaciones
vividas, de manera retrospectiva. Él, ya instalado en su “destino final”,
comienza a rememorar los acontecimientos que lo llevaron a aquel sitio.
Lo singular
de esta historia, teniendo en cuenta que la trama no es demasiado compleja, no
presenta demasiados personajes ni muchos conflictos, es que sí aparecen éstos
últimos en la mente del protagonista.
Se trata de un adolescente que más que ser incomprendido por el mundo, no logra comprenderlo, ni adaptarse de la manera “correcta” a éste, en el que si uno se corre un poco de la ruta o el camino marcado, corre el riesgo de ser excluido. Y es que considero que es un alma noble evitando ser corrompida ante ciertas conductas, altamente naturalizadas socialmente, por lo que, pese a sus intentos por ser parte, no “tranza” con aquello que se le impone y que le parece negativo.
De este
modo, vamos a conocer y meternos de lleno en la mente del protagonista que,
debo decir, es sumamente interesante y está muy bien caracterizado – sobre todo
en su manera de hablar-. Tiene una serie de particularidades que, personalmente,
me hicieron empatizar con él.
A mi
parecer, se trata de un ser sumamente odioso y, también, valiente, al
enfrentarse y al desobedecer las imposiciones sociales de la época. Él es una persona que no aspira a formar
parte del rebaño, o, mejor dicho, quizá aspira a formar parte de éste, pero no
lo logra, porque así su personalidad lo impone, porque sus gustos y sus deseos
van a contramano.
Lo que es
la novela, en general, aborda temas controversiales para la época, como la
sexualidad y, sobre todo, emplea una jerga no muy vista hasta el momento, con
inclusión de malas palabras y comentarios ácidos e irónicos. En este último
punto creo que radica la fama del libro, porque crea un personaje que no es
simpático con sus lectores y, al mismo tiempo, los compra con su honestidad y
frontalidad.
Bajo ningún término considero a Holden como representante característico de la adolescencia. Más bien lo concibo como un ser singular, con una mente hipercrítica y que, más allá de estar atravesando una crisis existencial – propia de la edad- , que está enfatizada por el trauma provocado por la pérdida de su hermano menor, años atrás; no está en la “onda”.
Me da la sensación de que a este joven le cuesta asumir su nueva realidad de joven- adulto y busca escapar de la misma, no solo por medio de los recuerdos, sino, también, a través de las figuras de su hermano fallecido y su hermana pequeña, Phoebe, de quien valora la inocencia, para él en riesgo y en camino a desaparecer. Y es que ahora conoce los sufrimientos y las exigencias del mundo.
Posee una visión compleja y una sensibilidad
extrema, que lo llevan a despreciar las conductas cotidianas de los seres que
lo rodean: la hipocresía, la superficialidad, la mentira… Aunque en ocasiones
recae en ellas.
El libro me
ha gustado mucho, tanto que hubiese deseado que se extienda por unos capítulos
más, para que el protagonista se explaye acerca de su situación actual, ya que
como dije, la obra es, básicamente, una rememoración de hechos pasados, anclado
en un presente que no se desarrolla.
La verdad es que me encantó el personaje Holden Caulfield, me parece un sujeto muy inocente, a tal punto de que desconoce las “reglas del juego” de la vida y que, por seguir sus impulsos, se perjudica a sí mismo.
Con solo mencionar que su sueño es ser un guardián entre el centeno, abocado a vigilar a niños, se lo pinta como un ser excepcional, en un mundo en el que otro tipo de deseos se manifiestan con asiduidad. A él no le importa la fama, el dinero… posee sentimientos puros y el ser capaz de mostrarse tal y como es, definitivamente, le juega en contra, en un entorno dominado por máscaras. Holden Caulfield, no entiende cómo vivir en esa sociedad, que no es tan diferente a la nuestra y es tan triste, a veces, sabernos como él…
Considero
al libro como un grito desesperado ante la inevitabilidad del crecer. Por eso
Holden añora ser el guardián entre el centeno, evitando que los niños – la infancia-
caigan por el acantilado. Creo que está claro que es un texto absolutamente
amargo, en el que lidiamos, página a página, con la depresión del personaje
principal al que, personalmente, comprendo.
El mundo adulto es difícil y más para aquellos, que como Caulfield, poseen una visión que choca y discrepa absolutamente con la realidad.
Leer “El
guardián entre el centeno” en el 2019, en un mundo en líneas generales
insensibilizado y corrompido en tantos sentidos, sin dudas, causa un poco de
escalofríos y nos hace estar atentos. Pero, viendo un lado positivo a la obra,
creo que es útil para revalorizar la particularidad y singularidad de cada uno
de nosotros.
No está mal
querer ir por otro camino, tener sueños diferentes a los de la gran mayoría. Lo
tomo como una especie de oda a lo auténtico. Y sí, como a Holden seguro nos
juzgarán y nos podrán piedras y aparecerán obstáculos en el trayecto, pero
estoy segura y, olvidando por completo el final del protagonista de esta
historia, creo que podremos triunfar.
Bonus track
No está
demás recordar que este libro ha estado relacionado con varios asesinatos. El
primero de ellos, el de John Lennon, integrante de The Beatles, por parte de
Mark David Chapman, quien poco antes de dispararle, compra un ejemplar de El guardián entre el centeno, libro en
el que en su primera página había escrito: “Ésta es mi declaración”.
Otro
criminal relacionado con esta obra es Charles Manson, creador de una peligrosa
secta, que se cobra la vida de Sharon Tate – quien esperaba un hijo de Polansky
– y parte de su familia y amigos. Cuando
Manson declaró al respecto, sostuvo que estaba fuertemente influenciado por el
texto de J.D. Salinger, insinuando que tiene códigos secretos que incitan a
matar.
Por su
parte John Hinckley Jr., atacante de Ronald Reagan, sin éxito, cuando es
capturado, declara estar obsesionado con el ejemplar aquí reseñado. Además, se
lo relaciona con el asesinato de Rebecca Lucile Schaeffer, a manos de Robert J.
Bardo, debido a que al momento en que dispara a la víctima posee un ejemplar
del texto.
Muchas gracias por leer!